sábado, 21 de marzo de 2020
El año del COVID-19
He estado mucho tiempo sin escribir, la verdad se me había ido la inspiración, no tenia ideas, en pocas palabras mi mente estaba en blanco.
Cuando empezó la crisis que estamos viviendo, empezó mi mente a bullir de ideas sobre estos momentos, para mi históricos, hasta que hoy por fin me siento ante el ordenador a plasmarlas, espero que mis reflexiones os gusten y os ayuden.
Para empezar este escrito, os diré, que en estos días no dejo de pensar en mi abuela, una persona luchadora, testigo de momentos históricos, muy importantes, y uno de ellos fue la famosa epidemia de gripe de 1918, llamada " la gripe española".
Siendo yo adolescente me encantaba oír sus historias, y una de ellas era hablar del "año de la gripe", que tal era el nombre con que se le había quedado en su memoria.
Ella relataba la cantidad de gente que moría, el pánico generalizado, un hecho que me impactó, era que las autoridades en las calles quemaban en bidones leña, con la esperanza de que el humo, de alguna manera matase al virus, o limpiase el ambiente, mi abuela no sabia bien el motivo, pero yo creo que era la imposibilidad de hacer algo mas, hablamos de una época en que no existían medicamentos antivirales.
En mi mente juvenil pensaba, que suerte que esto nunca mas pasará la medicina había adelantado mucho, hay medicamentos y esto nunca volvería a pasar, que equivocado estaba, como muchos, me imagino, que me están leyendo, y ni en mi mas desbordada imaginación podía imaginar este escenario que nos ha tocado vivir, supera cualquier ficción, me levanto cada mañana y pienso, esto ha sido un sueño, hasta que vuelvo a tomar conciencia, el ver en todo el mundo las calles quedándose vacías, supera cualquier película de Hollywood.
Es como decía un momento histórico, porque creo que en lo que me quede por vivir, nunca veré un momento tan dramático y dantesco como esta epidemia, en estos momento está muriendo gente, 20000 infectados y subiendo.
Nos quedan semanas muy duras, pero que muy duras, y psicologicamente, nos va a ir afectando en estos momentos tristes, tristes, muy tristes, pero dentro de este " duelo" colectivo, nos da la oportunidad de pensar y reflexionar, sobre todo reflexionar mucho.
Es un momento de inflexión para la humanidad, en mucho tiempo, un virus, nos ha hecho apartar a la mayoría de nuestra invididualidad , para pensar como colectividad: el barrendero, que cada día nos recoge la basura, las limpiadoras que valientemente siguen al pie del cañón, policía y guardia civil que sin protección , salen a patrullar, nuestro ejército, y un largo etc, hasta acabar con el personal sanitario, todos ellos lo hacen sin pensar en ellos mismo , por la colectividad, por la humanidad.
La humanidad, que palabra mas bonita, y el significado que entraña, y en esta crisis, por primera vez, en mucho tiempo ha cobrado mas fuerza que nunca, estamos inconscientemente luchando por ella, el mero hecho de quedarnos en casa, para no ser un agente portador y contagiar a un extraño, un extraño que nos importa, que lo vemos como a un hermano al que cuidar, un extraño que sabemos que tiene familia, que se preocupa, y este extraño también lo hace por nosotros y nuestras familias.
Creo que un acontecimiento tan dramático y a nivel mundial, no se ha dado desde la segunda guerra mundial, con la diferencia que en uno se luchaba contra una tiranía, y ahora contra un enemigo invisible que amenaza nuestra supervivencia. Como en cualquier suceso de tal calibre, esta pasando lo mismo que paso en la guerra mundial, ha salido lo mejor pero también lo peor del ser humano. Contra la tiranía nazi salieron héroes anónimos que arriesgaron, y muchos perdieron la vida, por gestos, tan sencillos como esconder a un perseguido, y miles de ejemplos de valentía, pero también ejemplos de cobardía, como colaboracionistas. Ahora es un enemigo que no vemos, pero muy letal, y también como cualquier crisis, hemos visto conductas, vergonzosas, empezando por gente que acaparaba compras, sin importar que si el que venia después podía ser una persona mayor, que se podía encontrar con que un producto básico ya no estaba, y acabando por la gente que el primer fin de semana de estado de alarma, se iba de vacaciones, como si no pasase nada, pudiendo haber esparcido el virus, e indirectamente haber causado una víctima, se que es muy fuerte esta afirmación, pero es la realidad de esta pandemia, podemos ser portadores sin saberlo, y basta ya de ser politicamente correcto, no es la hora, es la hora de pensar en que nuestros actos irresponsables y egoístas pueden tener efectos muy trágicos.
Por otro lado, tenemos lo mejor del ser humano, en los primeros días, jóvenes universitarios se ofrecían a quedarse con niños y darles clase, fue una de las primeras muestras de solidaridad, cuando la cosa se complico, un montón de colectivos que día a día siguen en sus puestos, exponiéndose, desde basureros que cada día siguen recogiendo la basura, y que sin ellos la situación seria peor, gracias, a la gente de la limpieza en hospitales, comunidades, etc, que estáis ahí, gracias, a la gente de supermercados, que siguen atendiendo, soportando mucha tensión y a veces el malhumor de todos nosotros, y te atienden con una sonrisa, gracias, a los transportistas, que no tienen donde descansar ni comer, y conducen mas horas para abastecer de productos necesarios, gracias, a la policía, guardia civil, que a muchos os veo patrullar sin mascarillas siquiera, gracias, al ejército, gracias, a los investigadores, que contrarreloj estáis trabajando en una cura, gracias, y al personal sanitario que exhausto, sigue en primer linea, gracias.
Se que me he dejado muchos colectivos, pero son tantos que están cumpliendo, que es fácil no recordarlos .
Toda esta gente es una muestra de lo que este virus ha hecho en esta sociedad, darnos cuenta de que existen los demás, de que una vida, cualquier vida, es muy valiosa, y vale la pena sacrificarse por una vida, una vida arrebatada de las manos y salvada de este virus es una gran victoria.
Siguen subiendo el número de contagios y muertes, y seguirá subiendo, pero, aunque no nos demos cuenta, sube el numero de curados, victorias, contra un enemigo pequeño e invisible pero muy poderoso, y se le derrotará, seguro, la victoria final vendrá.
La pregunta es, que pasará luego de la victoria, saber gestionarla tal vez, va a ser mas difícil, que la propia lucha.
Esto os puede parecer extraño, pero será así, nos quedara un futuro lleno de incertidumbres y desafíos, sobre todo de desafíos, tales como vamos a encarar la ruina que supondrá haber conseguido esta victoria, este es el punto clave, y para afrontarlo no debemos olvidar, ni por un momento todo lo aprendido en esta crisis sanitaria.
No tenemos que olvidar, esta conciencia de colectividad, si la perdemos, estaremos perdidos, y todo este drama de nada habrá servido, seguir pensando que cualquier vida vale como cualquier otra, porque necesitaremos seguir siendo solidarios.
Será un reto lleno de temor, pero apasionante, una oportunidad única de cambiar muchas cosas, de priorizar ante todo al ser humano, por encima de lo material, e intereses de unos pocos, si no lo hacemos en este momento justo, en que un virus nos ha puesto, nunca seremos capaces de hacerlo.
El mejor homenaje para tantas personas a nivel mundial, que no sobrevivirán, es hacer un mundo mejor, sino al menos a empezar a cambiar.
Mi reflexion empezaba con la gripe de 1918, y como mi abuela, me lo contaba, que seamos capaces cuando a nuestros nietos, contemos la gripe de 2020, nuestro "año de la gripe", con la verdad del sufrimiento, pero al mismo tiempo con la cabeza alta y orgullosos de lo que conseguimos durante y después de la pandemia
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